martes, 21 de abril de 2020

The light in me

I was going to write in Spanish
and I was going to write sad,
tears drowning down my cheeks.

I felt furious,
with no sense of beauty.
No purpose in life, day or night.
I created rivers of salt.
I felt trapped, suffocated.
I didn't know how to follow the rhythm
of the music in my heart.

My books were tangled;
my thoughts in continuous chaos.
I couldn't see because my fears
blurred the horizon.
I wouldn't walk further and beyond my room
because they were chasing me.
I tried to type three times,
and all of them ended in the trash.

But closing my eyes
and clothing my mind
with beautiful light
made me realize...
                     I breath
                     I dream
                     I think
                     I smile.
                     I feel
                     I live
                     I laugh
                     I admire.



Now the piano is echoing
and tearing down my walls,
calming therefore the demons
in the deepest part of my soul.

The Sun wets every corner of the house.
The heart blushes, the hand dances.
My hair is dirty,
but my conscious hasn't been
as clean as it is today,
honey.

I don't want to write sad
because I'm starting to feel happy
of the life that I have.
I needed to let it out
of the cage that is my brain
in order to be, fresh as the rain.


viernes, 13 de marzo de 2020

Mi habitación


                             *

Una bandera que no me representa,
Historias de tinta del pasado sin querer recordarlo.
Una referente que me da pena,
Una máquina sin tocar.
Un vuelo que me da miedo,
Un mapa  para no disfrutar.

Y fotos;
impresas en nuestros recuerdos.
Sin respaldo a la caída 
Caos, alma y olor a vida.


Soy yo porque enseño lo que quiero
temiendo, así, lo que debo.

“Take me as I am, whoever I am”.

                             ~



martes, 2 de abril de 2019

CONMIGO

El mejor tiempo empleado
es el tiempo que paso
conmigo.
Momento en el que expulso todo aquello
que callo con otros.

Últimamente
paso mucho tiempo conmigo;
no sé si me estoy volviendo loca
o soy lo que necesito.

No solo me acompaño -- entiendo lo que ignoro
y desconozco lo que  comprendo.

A veces me desahogo en público
-a medias-
porque me empeño en ellos
olvidándome
de mí.
Conmigo es con quien me sincero
entera.

Me evado.
Me exijo.
Me frustro.
Dudo.
Me paralizo.
Decido tarde o no decido.
Entro en cólera.
Deliro...
Respiro.
Me calmo.
Me tranquilizo.
Y aparezco donde estaba,
desorientada;
unas veces con la esperanza de lo que buscaba,
y otras
con las luces apagadas.


Conmigo soy extrema.
Soy perversa.
Conmigo me abro en canal
sin aguja ni dedal.
Me prohíbo ver la luz para encontrar a mi yo verdadero.
Conmigo sufro, arrojo, suelto y suspiro.
Alivio ahogado.

Conmigo soy mi versión más sincera.


[Y ahora que he dado el paso,
ahora
pide ayuda].




miércoles, 23 de enero de 2019

Bon voyage



[Nota: hay una versión en inglés y más fotos abajo /
Note: there is an English version and more pictures below]


El miedo de la primera noche con el inquilino extraño, la ducha en el cuarto, la noche cerrada y las literas aprisionadas.
La belleza y la calma de la luz del día; los nervios a flor de piel porque hace un año que no la veo.

La felicidad flota a mi alrededor y me empapa el alma entera.



Los vídeos y las fotos “para el recuerdo”. La excitación de los primeros días y las ganas de verlo todo; de recorrer cada esquina mágica, cada barrio encantado, cada lugar conocido, y no tanto.

Las avispas, muertas de hambre por probar un trozo de nuestro delicioso crêpe de la esquina de al lado de la casa de Hemingway.
La siesta de después en un pequeño parque que conquistamos, el césped fresco y los rayos de Sol haciéndonos cosquillas en la cara. Un paraíso alejado del bullicio en pleno centro de la ciudad

-sólo se respiraba el lenguaje de los pájaros,
el canto de los árboles
y el perfume de las flores-




Las vueltas y más vueltas, idas y venidas, subidas y bajadas por la casa de Sylvia Beach: el palacio de las historias contadas por todo el mundo. El único gato al que no he detestado y al que admito haber tenido envidia por dormir en esos rincones.



Los cuadros de grandes artistas en el museo del reloj y los trenes: Monet, Van Gogh, Manet, Zizarro, Gauguin. Su impresionismo.
Los artistas de la plaza bohemia, donde parece que todo puede pasar.




El calor soportable o insoportable, según cómo teníamos de llenas las botellas. Las escaleras para llegar al cielo, a ese castillo “de mentira” en el que convergen infinitas religiones.
La iglesia de Esmeralda y Cuasimodo, donde “a few more pics and we leave” porque “esa cola no la hago ni siendo una gárgola”.




El arpa. Las sillas que te invitan a pasar el día entero observando a la gente que viene y va. La tranquilidad del caos. Los retratos vivos. Los sitios prohibidos. Las miradas curiosas de personas curiosas. El acordeón y la guitarra. El tren que se pasea esperando a que nos subamos. La envolvente música francesa que nos devuelve la sonrisa.



La estación.
La incertidumbre. La espera. La tensión. El tren que llega. El tren que casi se va,
sin nosotras.
La bolsa de comida.


Nuestras risas. Nuestras bromas. Nuestros silencios compartidos. Nuestros kilómetros y nuestros paseos.
Nuestro, porque más nuestro que de nadie.



Y ella, tan majestuosa como la primera vez:
La Tour Eiffel.




______________________________________________________


The fear of the first night with the weird stranger, the shower in the room, the dark night and the narrow bunks.
The beauty and calm of the daylight; those boiling nerves because I haven’t seen her for a year.

Happiness floats around me and soaks my whole soul.

Videos and photos "for the memories". The excitement of the first days and the desire to see everything; going through every magic corner, every enchanted neighborhood, every known place, and not so much.



The starved wasps, trying to get a piece of our delicious crêpe from the corner next to Hemingway's house.
The afternoon nap in a small park that we conquered, the fresh grass and the rays of Sun tickling our faces. A paradise away from the hustle yet in the heart of the city

-you could only breathe the language of the birds,
the song of the trees
and the perfume of the flowers-



The turns and rounds, the comings and goings, the ups and downs at Sylvia Beach’s house: the palace of stories that have been told all over the world. The only cat that I haven’t actually loathed and which I admit I have envied for sleeping in those corners.



The paintings of great artists in the museum of the clock and trains: Monet, Van Gogh, Manet, Zizarro, Gauguin. Their impressionism.
The artists of the bohemian square, where it seems that everything can happen.




The bearable or unbearable heat, depending on how full our water bottles were. The stairs reaching the sky, to that “fake” castle in which infinite religions converge.
The church of Esmeralda and Cuasimodo, where "a few more pics and we leave" because "I will not stand in this line even if I were a gargoyle".




The harp. The chairs that invite you to spend the whole day observing the people who pass by. The peacefulness of chaos. The living portraits. The restricted places. The curious looks of curious people. The accordion and the guitar. The train that is waiting for us to get in. The catching French music that smiles us back.



The station.
The uncertainty. The waiting. The tension. The train that arrives. The train that almost leaves,
without us.
The bag of food.


Our laughs. Our jokes. Our shared silences. Our kilometers and our walks.
Ours, because this was more ours than anybody's.



And there she is, as majestic as the first time:
La Tour Eiffel.



sábado, 8 de septiembre de 2018

Septiembre

Intento agarrarme a las olas
pero entre mis dedos se escapan,
como la arena
que es tiempo
y el tiempo nunca para.

Cierro los ojos.
Oigo mi respiración entrecortada
cuando hundo las orejas
y me dejo caer sobre la sal;
plomo en una bolsa de cristal.
Vago sin rumbo en pequeños movimientos
que a mi cuerpo se le antojan como desiertos.
Estoy dentro de ella y,
aún así,
no me siento mojada;
rodeada de vacío, 
como todo lo que hemos creado
y en Nada se ha convertido.

Mi cabeza se inunda
de pensamientos, recuerdos y
nostalgia.
Nostalgia de algo que estoy viviendo
pero ya se ha terminado.

Una gaviota pasajera
que nunca más verá esta orilla
ni estas caras.
Unas huellas
que la marea ha arrasado
sin dejar nada atrás.
Una bolla infinita
que nadie va a conquistar.
Y una sonrisa de junio
que en septiembre se ha olvidado.

Pequeñas gotas hinchadas llenan mi piel
maquillada por el Sol.
Un Sol que poco a poco se apaga.
Que poco a poco
se acaba.


¿Aparece la Luna
o es el frío el que llega?


 

domingo, 6 de mayo de 2018

Huele a lluvia


Huele a lluvia.

Huele a vida creciendo en los rincones más húmedos
de cada persona.

Huele a paraguas de sentimientos,
abierto
como cuando florecemos
y todas las pesadillas quedan perdidas.

Huele a tu café frío.
Tuyo
porque no he visto a nadie
beber con tanta ternura.
Frío
porque olvidamos beber
para bebernos
bajo el llanto de todos los que se fueron.

Huele a prisas por cubrirnos de los malos tiempos,
de descubrir nuestros defectos
y amarlos, 
aceptarlos,
querer convivir con ellos.

Momento de zapatos embarrados
y pelos alocados.
De labios corridos
y besos robados.
De jugar con la vida
como un niño
con los charcos.


Hasta en un día soleado,
huele a lluvia;
magia que he aprendido a amar
porque tú me has enseñado.


Huele a lluvia.

Y no puedo dejar de soñarte,
nariz contra ventana
admirando el resbalar de cada gota
y de sus vidas efímeras.

Tú respiras lluvia.
Mientras, 
yo
no me canso de mirarte el
alma.




domingo, 18 de febrero de 2018

Por las calles de Madrid

El tren Madrid-Alicante me devuelve a casa
sin mover yo las piernas,
sin querer con el alma.

A la una de la madrugada
de hace tres días
empezaba mi aventura
que ahora es sueño,
huele a recuerdo
y sabe a dulce mentira.


Por las calles de Madrid, he sido libre.

He fotografiado miradas,
atardeceres, monumentos,
conversaciones, silencios,
caminos,
vidas.
Me he querido correr por el Reina Sofía;
he saboreado el sufrimiento de Picasso y su Guernica
como si se tratase de un duelo entre la muerte y el orgasmo.
Al final opté por lo segundo.
La muerte para los muertos
y el orgasmo, para los vivos.

He bebido vino bueno,
vino malo
y ya no tengo más adjetivos
porque no me gusta el vino.
He celebrado la vida
entre cervezas y pinchos de tortilla.
He volado en metro por Sol, Gran Vía, Callao, Atocha y Tirso de Molina. 
                                                                 -subterránea, pero tocando el cielo-
He charlado con Marwan y Carlos Salem
aunque ellos no supieran que yo soy
Patricia De Tantas.
He hablado de sexo a las puertas de un garito
donde los poemas se convierten en música,
y la música hace poesía.


Por las calles de Madrid, he vivido.

He bailado con cada libro del Barrio de las Letras,
y con todos los escaparates de Malasaña.
He lucido los colores de Chueca en mis latidos.
Me he tatuado en el pecho
los nombres de todos los bares de Lavapiés.
He flotado por los rincones de la Latina
y su rastro desierto en martes.
He llorado en lacasablancadetechosaltosdelsegundoizquiera.
He respirado hondo desde su balcón; 
muy hondo...
tan hondo 
que he notado el silencio jugando con mi lengua,
mezclándose con el humo que salía de una boca
que no era la mía.

Por un segundo
me he sentido dueña de una noche
que al amanecer,
sería leyenda.
De una ciudad
que al volver,
será ceniza.
He saludado a la Luna con el corazón.


Por las calles de Madrid, he sido mía.


miércoles, 10 de enero de 2018

La máquina de escribir

Por fin desempolvo este mágico objeto
que da vida a mis pensamientos.
Es una máquina de sueños vivos, pegados en mi paladar implorando ser escupidos.]
Tecleo con fuerza, frenéticamente. 
Me equivoco
pero me divierto al ver cómo la tinta impregna el papel,
cómo las letras salen disparadas
como si las estuviera lanzando con rabia desde mi mente.

No tengo una meta por la que escribir, 
ni una historia que contar.
Simplemente la felicidad tan simple que me produce el sonido de mis dedos contra las viejas teclas,]
la única luz que alumbra tenue el papel,
la despreocupación de no seguir un camino ya escrito y marcado,
mi ingenuo desconocimiento sobre este maravilloso instrumento en desuso.]

Queda tan bonito equivocarse, 
y sobre todo,
no poder corregir los errores como si fueran arena en el viento.
Equivocarse y saber por qué lo hemos hecho.
Aprender de lo escrito,
y no olvidar lo borrado.

Me siento poderosa por tener la Historia entre mis manos,
por dirigir mis líneas,
mis comas,
mis puntos y aparte.

Desempolvo el pasado de mi abuelo
reescribiendo mis versos
sobre sus recuerdos.

                           LIBERACIÓN.



domingo, 19 de noviembre de 2017

Soledad enfrascada

Rota por dentro.                                                   
Huesos roídos.                                                      
Piel desgarrada                                                      
de tanto arañar las costras de mis cicatrices.       

Soledad enfrascada.                                            
Soledad creada                                                   
por la sombra de mis tobillos desgastados.            

Calles sin vida.                                                    
Vidas sin alma.                                              

Explosión mental de ideas caóticas.               

La oscuridad baila en mi quimera interior
endemoniada,                                                      
poseída,                                                                 
condenada.                                                            

Gritos con aliento a ira.
Lágrimas con sabor a huida.                      

Yo                                                                        
reflejada en un sentimiento sangriento,                 
ultrajado de lúgubres mentiras.                          



Un último silbido débil, apagado,                      
consumido.                                                        

Y una vez más,                                                
el mar siempre sabe hundir                          
las penas del que sufre.



--------------------------------------                              



Broken inside.
Gnawed bones.
Skin teared apart
from scratching the crust of my scars.

Loneliness in a bottle.
Loneliness created
by the shadows of my worn ankles.

Streets without life.
Lives without a soul.

Mind explotion of chaotic ideas.

Darkness dances in my inner chimera
demoniac,
possessed,
condemned.

Cries with an anger breath.
Teas with an escape taste.

Myself
reflected in a bloody feeling,
outraged from gloomy lies.



A last weak whistle, extinct,
burnt.

And one more time,
the sea always knows how to sink
the sorrows of the one who suffers.



domingo, 24 de septiembre de 2017

Siempre, tú.


-Para Macarena:


Siempre has sido tú.
Desde el año y medio,
las patatas,
los pañales
y tirones de pelo.
Siempre has sido mi rubia platino,
mi escondite,
mi profesora de vuelo.
Nuestros viajes, y sobre todo,
nuestros sueños.
Entre telones, cuentos y noches sin horas
nos criamos;
con cervezas, muchos saltos y puños en alto
hemos crecido, de la mano.

Siempre serás la que me enseñó que el amor más bonito
no es el que corre por las venas,
sino por el alma;
y que la "distancia" es un puente vulgar e inexistente
de aquellos que no quisieron creer en la magia
de lo paciente.

Siempre, tú.
Mi heroína,
mi mente creativa,
mi locura,
mi aventura,
mi culo-inquieto,
mi polo opuesto.
Mi complicidad,
mi artista,
mi consejera,
mi guía,
mi sabiduría.
Mi niñez,
mi ausencia,
mi adolescencia,
mi "ahora o nunca",
mi "capaz o (in)capaz";
mi pasado, mi presente, y seguro mi futuro.
Mi apoyo, abrazo, mirada, guiño, sonrisa, carcajada.
Escasos <<te quiero>>
pero los más sinceros.

Nos dejamos la tinta en las cartas,
y no dejamos nunca que los kilómetros nos separaran;
y si algo hemos aprendido
es que "¡No nos moverán!"
porque juntas, hemos vivido.

Quisimos ser bailarinas,
actrices,
espías,
modelos,
famosas,
cantantes,
al instante...
Al final
de lo único que no necesitamos planes ni esfuerzos,
fue de crear nuestra historia con un <<para siempre>> eterno.

.

Siempre Tú, compañera de sueños.


viernes, 25 de agosto de 2017

Lo siento; te siento

En qué momento decidí
dejar las cartas sobre la mesa.
A mí, con lo que me gusta ganar,
ganarte.
En qué momento decidí
borrar huella, desaparecer.
Perder el hilo
de mi futuro contigo.
Otra vez, con lo que me gusta
ganar(te).

Adelanté a todos los que ingenuamente pensaron
que alguna vez te tuvieron.
Me vi más fuerte,
porque me diste fuerzas.
Desplegué mis alas
porque me dijiste "vuela".
Derroté centenares de molinos
por ti, mi Dulcinea.

Y todo, ¿para qué?
Si no supe estar a tu altura.
No pude bajarte la Luna,
ni entregarte una sola estrella.

Me volví a quedar atrás en la carrera.


Menos mal que hablo en pasado,
allí donde se quedaron
todos mis naufragios.

Hoy estoy quemando
las sombras de mis diablos.
Porque ahora soy yo la que hablo,
soy yo la que siento,
y soy yo,
la que te amo.





lunes, 24 de julio de 2017

Todo lo que fueron

Capitanes de las fantasías que viajaban por mi mente,

ladrones de besos sin arte;

Hércules, Ulises y hasta algún rey de los cielos,

dueños de cada paso hacia un futuro olvidado.

Buscadores de sonrisas

en cualquier pub de Marte,

o de un martes cualquiera.


Eran el comodín de toda esperanza,

el salvavidas de esta gata negra de ojos verdes

que una y otra vez,

vida tras vida,

esperaba en el callejón de los sueños rotos.


Se convertían

en compositores controladores de suspiros

y de latidos a ritmo inverso.

Eran principio y nunca final,

mar en calma,

tempestad.

Tinta y poema.

Mi escudo de papel

que se deshacía cuando la lluvia rompía bajo mis pestañas.

Eran, rara vez, domingo de manta y palomitas;

siempre viernes por la noche de cuero y pintalabios rojo.


Quisieron mis manías, mis manos, mi lencería.

Más David que el de Miguel Ángel. Más refugio que hogar.

Fuimos veranos fugaces

de adrenalina

y poco amor.


Nunca fuimos,

pero cometimos el error de pensar

que siempre

seríamos.



miércoles, 31 de mayo de 2017

Tu huída

Huyes porque quieres
porque piensas que si te quedas,
no tendrás nada.

Huyes de ti
de mí,
huyes de la soledad
y de las ganas de estar con alguien.

Te excluyes
y huyes
como si fueras algo perdido;
una carta en medio del mar que borró su tinta.

¿Por qué?
Si huir
es ir
en busca de nada.

Te conviertes en un punto diminuto
cada vez más pequeño,
cada vez más borroso.
Y así
empiezas a borrar todos los hilos que te "atan" aquí,
                                                                           a mí.

Te recluyes
sin mí,
esperando a que te encuentre
pero sin quererme a tu lado.

En realidad
no te culpo;
yo también huiría.
Correría
y me escaparía
de las cincuenta sombras
de mi pasado.

Pero con la respiración agitada,
jadeante,
la sangre bombeando en mi cuello
y en las yemas de mis dedos,
comprendí que de nada servía quedarse sin aliento
si estaba atrapada
en una vida sin vida.

Créeme
y deja de huir(te).

Yo supe
que en el momento en que te tuve,
huir ya no entraba en mis planes.












jueves, 20 de abril de 2017

La chica del lunar


Es la chica de la sonrisa cerrada

y el corazón abierto,

la del pelo contra el viento.


Es la chica heroína,

la que cura

y destroza vidas.

La del amor de locura

y sin cura.


Es la chica dura

que hace lo que quiere

cuando quiere.

La misma que sólo se fía

de mis consejos y palabrerías.


Es la chica de los besos en la nariz,

la de los pies más bonitos

que sólo yo

voy a besar.


Aquella que siempre derrama un par de gotas cuando bebe

y le resbalan por la barbilla;

mi pecho se hunde,

mis piernas tiemblan derrotadas.


Es la única

que me mantiene la mirada más de treinta segundos

y consigue cautivarme

ofreciéndome la libertad.


Ella es la chica

cañón, bala, disparo, pistola, diana.

Y siempre apunta al centro

         de mi corazón.