-dos días, dicen-
y uno lo pasamos durmiendo.
Todo lo que haríamos
si en vez de dormir,
soñásemos (con los ojos abiertos).
Cumplir nuestros sueños
de ser princesa por sorpresa durante una noche
y viajar en globo,
tocar las nubes.
Escalar la cima del Everest
o la de tu columna vertebral,
me da igual.
Todos los deseos que se piden
ocultos entre monedas,
en fuentes que inspiran magia
y que más que deseos,
son esperanza.
Yo pido una vida
sin presiones
ni estrés,
hacer lo que me guste
sin que sea reprochado
ni criticado.
Quiero libertad,
quiero vida.
Aquella con la que me sienta
útil y orgullosa,
la que se presenta
de repente y por casualidad
rompiendo todos los esquemas
de mi desastrosa vida.
Tal y como es la Libertad,
con sus preciosos aires
de chulería merecidos
y sus contoneos de cadera
que derrumban edificios enteros.
Así,
lo eres tú...
mi libertad,
mi escape de emociones,
mi refugio.
Sigue con tu desobediencia
y rebeldía
que me enamoró
aquel primer día, pero
no
dejes
de
soñar
(despiertx).
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