porque piensas que si te quedas,
no tendrás nada.
Huyes de ti
de mí,
huyes de la soledad
y de las ganas de estar con alguien.
Te excluyes
y huyes
como si fueras algo perdido;
una carta en medio del mar que borró su tinta.
¿Por qué?
Si huir
es ir
en busca de nada.
Te conviertes en un punto diminuto
cada vez más pequeño,
cada vez más borroso.
Y así
empiezas a borrar todos los hilos que te "atan" aquí,
a mí.
Te recluyes
sin mí,
esperando a que te encuentre
pero sin quererme a tu lado.
En realidad
no te culpo;
yo también huiría.
Correría
y me escaparía
de las cincuenta sombras
de mi pasado.
Pero con la respiración agitada,
jadeante,
la sangre bombeando en mi cuello
y en las yemas de mis dedos,
comprendí que de nada servía quedarse sin aliento
si estaba atrapada
en una vida sin vida.
Créeme
y deja de huir(te).
Yo supe
que en el momento en que te tuve,
huir ya no entraba en mis planes.